Aprender a trabajar en la solución de problemas complejos en Venezuela

Recientemente, David Hart y Linda Silka (2021), profesores de la Universidad de Maine, Estados Unidos, publicaron el  artículo ¿Qué se requiere para que las universidades aborden desafíos sociales complejos? en el cual se resumen los factores  facilitadores u obstaculizadores de las intervenciones presentes en el quehacer de los investigadores universitarios, ante los problemas complejos y que, a mi manera de ver, quienes formamos parte del mundo universitario y académico venezolano (y latinoamericano) deberíamos incorporar a nuestro portafolio de ideas y acciones para no sucumbir ante la realidad y poder generar  actuaciones que apunten a la solución conjunta de problemas.

Así se citan:

• • Aprovechamiento de las aspiraciones, refieren los autores que se trata de esa pasión individual y/o colectiva para navegar en aguas inexploradas y encontrar soluciones. Diría que se trata de aprovechar esos sueños y conectarlos con la realidad.
  • Conectarse con las comunidades, aluden de alguna manera a unir esfuerzos con los de otros, “encontrarnos con esos socios” exaltan los autores. Esto nos hace falta, pues hemos crecido en las universidades centrados en el individualismo y muy poco en lo colectivo.
  • Fomentar la colaboración interdisciplinaria, el andar en la búsqueda de socios deriva en la necesidad de reunir las ideas y conocimientos de forma sistémica a través de equipos interdisciplinarios, así las soluciones resultan más efectivas y duraderas.
  • Creación de una cultura compartida, el estar juntos con una misión requiere alinear nuestras concepciones y visiones del mundo, así como del quehacer cotidiano. Declarar con oportunidad lo que nos moviliza de manera conjunta es fundamental.
  • Aprender haciendo, muchas veces no queremos correr riesgos porque nos parece que la tarea nos sobrepasa, pero si dejamos de intentarlo, nunca tendremos respuestas sobre nuestra capacidad de aprender. ¿Cómo aprendimos a caminar?, pues cayendo al piso, una y otra vez.
  • Preparados para el conflicto, es natural que un equipo de trabajo tenga desacuerdos y disputas, lo importante es que seamos capaces de generar acuerdos y comunicarnos de la mejor forma posible.
  • Dirige el microscopio hacia ti,  es decir, que los propios equipos de los cuales formamos parte pueden ser escenarios de investigación y nos sorprenderá lo que podemos aprender de ello.
  • Perseverancia, muchas veces queremos que los sueños y metas  se cumplan de inmediato, pero existen obstáculos en el camino que demoran su alcance, por lo tanto, hay que poner a prueba nuestra voluntad y tesón.

Si dichos factores han sido reconocidos en la práctica de conformación de redes de trabajo en la que han participado mas de 200 profesores y cerca de 30 disciplinas académicas ¿por qué no aprendemos de ellos?