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En tanto que integrantes de una organización: ¿cómo es la cultura del profesor universitario?

En una nota aparecida recientemente en la revista Harvard Business Review (Leadership across cultures, HBR), el profesor Gurnek Bains y su equipo reportan sus estudios en directivos de organizaciones de negocios en todo el mundo. Algunos de los hallazgos nos pudiesen ser útiles para tratar de entender cómo funciona la mente del profesor universitario latinoamericano.Los mencionados investigadores analizaron las características gerenciales de ejecutivos en siete áreas geográficas (Estados Unidos de América, Medio Oriente, India, Latinoamérica, Europa, China y África sub-sahariana) dentro de las siguientes categorías y sub-categorías:

En los estilos de pensamiento (orientados a la acción, analíticos, comerciales, creativos, estratégicos)

En los estilos de liderazgo (autoritarios, desarrolladores de equipo, organizados, inclusivos, visionarios)

En relación a la conciencia de sí mismos (consciente de sí mismos, orientados al crecimiento)

Las Motivaciones (Ambiciosos, auténticos, resilientes)

Las relaciones interpersonales (participativos, formadores de enlaces, colaborativos)

Y Otras (experimentados, conocedores).

Las variables que marcan diferencialmente en forma marcada a los dirigentes latinoamericanos resultaron ser:

En cuanto a las variables donde los latinoamericanos superan a gerentes de otros continentes, destaca  el área de relaciones interpersonales: participativos (engaging) y colaborativos,  (casi el doble que en las demás áreas geográficas estudiadas). Adicionalmente las motivaciones, donde nuestros gerentes fueron marcadamente ambiciosos y resilientes en relación a contrapartes de otras latitudes. También el área de estilos de pensamiento resultamos segundos en creatividad empatados con la India y solo por detrás del África sub-sahariana.

Donde quedamos a la zaga de otras latitudes resultó ser en  las áreas analítica y estratégica (en estilos de pensamiento), conciencia de sí mismo (en el área del mismo nombre)  y en experimentados y/o conocedores (de la variable Otras).

Generalizando pudiésemos decir que los gerentes latinoamericanos tienden a generar equipos armoniosos pero adolecen de capacidades analíticas que les permitan planificar estratégicamente y aprender de las experiencias. Nos preguntamos si este tipo de estudios se ha realizado en nuestros profesores universitarios y cuales habrán sido los resultados. ¿Serán extrapolables al medio académico los resultados de la muestra de gerentes?

6 Comentarios
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    Maria Jota Bermudez
    mayo 28, 2015

    Me parece muy interesante este estudio, particularmente por cuanto confirma mi idea de que los latinoamericanos, en general, compartimos una “cultura colaborativa”. Si a ello agregamos que “no estamos mal”, comparativamente hablando, en pensamiento orientado a la acción, creatividad, motivación al logro y resiliencia, diría que el panorama luce para nosotros más alentador que sombrío.

    Por otra parte, carezco de información acerca de la existencia de estudios como éste aplicados al ámbito académico, de manera que sólo puedo fundamentar mi opinión al respecto en conjeturas, pero pienso que, si el rasgo de la “colaboración” se manifiesta en forma tan acentuada en las organizaciones empresariales orientadas, usualmente, más hacia la competitividad que a la colaboración dada su naturaleza, no es descabellado inferir que lo mismo puede suceder en nuestras instituciones académicas bajo las condiciones apropiadas.

    De ser así, el problema de la “movilización de conocimientos desde las universidades” que nos ocupa últimamente, podría enfocarse, más como un déficit educativo a ser superado que como un déficit cultural, entendida en este caso la cultura en su sentido más amplio.

  • Avatar del usuario
    Elieth
    mayo 28, 2015

    A mi modo de ver, me resulta interesante que en el estilo de pensamiento estamos entre los mas creativos, pero en consciencia de si mismo, entre los mas bajos, lo que indica que emocionalmente no sabemos identificar que sentimos en el momento que lo sentimos, pienso que eso puede incidir en que seamos menos racionales y estrategicos.

    Es una fortaleza la facilidad con la constituimos relaciones cercanas, eso favorece la actividad colaborativa. En el articulo destacan que un gerente latioamericano esta dispuesto a dar Feedback honesto desarrollan tacto y son sensitivos en su forma de gerenciar, evidentemente estamos orientados a las relaciones mas que a la estrategia o la planificación, observo entonces que la clave de nuestro exito estara en la capacidad de desarrollar nuestro conocimiento y experticia, conocimiento que poseemos pero se nos dificulta sistematizarlo, estructurarlo en fin formalizarlo para que sea comunicable y transferible al resto del mundo.

  • Avatar del usuario
    Maria Jota Bermudez
    mayo 29, 2015

    Concuerdo totalmente con el planteamiento de la profesora Elieth. Tras haber trabajado 30 años (y continuar “colaborando”) en una universidad pública de mi país, he podido detectar que el interés del profesorado-particularmente de las “nuevas generaciones”- en participar en actividades vinculadas con la movilización del conocimiento se ha incrementado notablemente en los últimos tiempos. Son las autoridades universitarias, sin embargo, las que ponen muchas veces un freno a estas iniciativas, tal vez porque todavía no han entendido las implicaciones de la Tercera Misión de las universidades en términos del papel que están llamadas a cumplir en el Siglo XXI.

  • Avatar del usuario
    wpinterconectados
    mayo 29, 2015

    Algunas observaciones para “ayudar a construir” la discusión:
    1.- las autoridades universitarias son parte de esos mismos profesores, de allí provienen y allí volverán. Ocurre como con los políticos, que (ahora y cada vez mas) son egresados de esas universidades que luego los acusan de “desinteresarse” del conocimiento.
    2.- Si en lugar de verlo en forma reduccionista (ellos, nosotros, los estudiantes, los administrativos), lo viésemos como un sistema complejo, que por lo mismo tiene “actores” que interactúan, quizás (solo quizás) pudiésemos entederlo mejor.
    3.- Si revisásemos las fases de colaboración de las de competencia, quizás (y solo quizás) pudiésemos avanzar más rápido. Colaborar para generar equipos sólidos que compitan con los de otras universidades (o países) en búsqueda de la excelencia, en lugar de competir (en el mejor estilo Bourdieau-niano) en el seno de la organización para luego colaborar (solidaridad total) para defendernos del “adversario externo”.

  • Avatar del usuario
    Maria Jota Bermudez
    mayo 30, 2015

    Un comentario en relación con las observaciones del Prof. Ordóñez: creo que estamos conscientes de que la universidad es un “sistema complejo” y nadie desconoce la importancia de la interacción que se da entre los diferentes “actores” que hacen vida en la misma. Sin embargo, en este caso particular, mis opiniones se han referido básicamente a los “profesores” en atención a la pregunta planteada en este post: “En tanto que integrantes de una organización: ¿cómo es la cultura del profesor universitario”, sobre la base del estudio publicado en la Harvard Business Review.

    Invito a leer el artículo titulado “Retos y alternativas de la gestión del conocimiento (GC) como propuesta para la colaboración en organizaciones inteligentes” (Arteche, 2011), el cual nos ofrece una interesante propuesta para facilitar la gestión del conocimiento en las universidades como organizaciones educativas:
    http://ddd.uab.cat/pub/educar/0211819Xv47n1/0211819Xv47n1p121.pdf

  • Yolimar Romero
    junio 17, 2015

    Según el estudio en latinoamerica la “colaboración” y la creatividad se manifiesta de forma tan acentuada a nivel empresarial que me atrevo a inferir que tenemos entonces la posibilidad en un futuro inmediato de convertir nuestras instituciones académicas en espacios para la movilización del conocimiento. Para ello los docentes universitarios deberíamos de trabajar en función de colaborar para generar equipos sólidos de “nuevas generaciones” que puedan participar en actividades vinculadas con la movilización del conocimiento y que permita el intercambio de saberes con otras instituciones educativas.

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