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La muerte del Maestro: ¿Cuánto vale un educador? 1/4

Isaac Nahón Serfaty *

Los ataques actuales contra la figura del Maestro (y, por supuesto, la Maestra) vienen de varios frentes. Uno es tecnológico, otro es cultural, otro político. Todos forman parte de una tendencia a desvalorizar el oficio del educador, ya sea del maestro de primaria, del profesor de secundaria o universitario. El Maestro es hoy en muchas sociedades una figura devaluada. En esta serie de cuatro artículos analizaremos las razones e implicaciones de esta desvalorización. Pero primero veremos porqué es importante la figura del Maestro, cuál es su valor para los seres humanos.

El Maestro, el Amigo, la Benevolencia

Una prescripción que encontramos en el Pirkei Avot, un corto compendio de literatura rabínica que se conoce en castellano como Tratado de los Padres o Ética de los Padres, recomienda lo siguiente: “Yehoshúa ben Perajyá decía: ‘Hazte de un maestro, adquiere un amigo, y juzga a toda persona con generosidad” (Avot 1:6). Llaman la atención varias cosas en este brevísimo texto.
Primero, que en vez de decir “búscate un maestro”, el texto original en hebreo dice “hazte” (hasé lejá) de un maestro (rav). Segundo, la máxima rabínica hace una equivalencia entre el maestro y el amigo, pues aparecen uno al lado del otro en la misma prescripción. Tercero, la máxima cierra con una recomendación general pero que también se aplica al maestro y al amigo: juzga de forma benevolente a todos.

Maimónides (RaMbaM) (1138-1204), el gran filósofo y Maestro de maestros de la tradición judía, comenta que el verbo “hazte” de un maestro quiere decir que debes hacer de esa persona tu maestro, incluso si esa persona tiene un nivel de conocimiento igual e incluso menor que el del alumno. Dice en su comentario Maimónides: “…considéralo un maestro. A través de esto vas a ganar en sabiduría. Porque aprender por su cuenta no es lo mismo que aprender a través de otro.

Aprender por tu cuenta es bueno, pero aprender de otro durará más y será más claro, incluso si esa persona es igual o incluso menor que tú en sabiduría”. En la misma línea de interpretación, el Maharal de Praga (entre 1512 y 1526 – 1609), el Rabí Löw asociado con la leyenda del Golem, comenta que “hazte de un maestro” “porque es imposible para ti que no aprendas algo de él. Y es por esta razón que basta para ‘hacerlo’ un Rabí (maestro) por ti mismo”.

La lectura que hacen estos dos sabios de la formulación de Avot pone el acento en la relación entre discípulo y maestro, no tanto en el conocimiento que el educador debe transmitir al alumno. Es por la relación que se establece entre los dos que el conocimiento llegará a ser más profundo (más duradero) y más claro. Por eso el aprendizaje por cuenta propia no marca de la misma manera, ni deja la misma huella en quien aprende.

Cuando se trata del amigo, la prescripción de Avot usa el término “adquiere”, no “hazte de un amigo”. Tampoco recomienda “únete a los otros”. Maimónides escribe en su comentario que es
importante que uno adquiera un amigo “para rectificar sus acciones y asuntos a través de él, como es dicho: ‘o un amigo o muerte’ (Taanit 23a. Aquí cita un tratado del Talmud)”. El filósofo
va incluso más lejos al afirmar que si uno no consigue un amigo, “debe luchar con todo su corazón, incluso si debe gastar dinero para lograr su amor hasta que se convierta en un amigo
cercano”. Y refiriéndose a los maestros de musar (maestros del comportamiento moral), Maimónides cita: “cuando ames, no ames de acuerdo a tus propias características, pero según las características del amado”. Como vemos, en relación al amigo prevalece la idea de lograr desarrollar la virtud del amor del otro para así al mismo tiempo formar el propio carácter. Y RaMbaM cierra su comentario sobre esta porción de Avot con esta observación sobre la equivalencia entre el amigo y el maestro: “Es como el amor del Maestro por el Discípulo, y del Discípulo por el Maestro”.

Y, por último, cuando se trata de “juzgar a otra persona con generosidad”, el Maharal afirma que “si alguien ve algo (malo) en una persona, debe juzgarla favorablemente y no distanciarse de ella pensando que es un ser malvado”. El rabino de Praga agrega en su comentario: “Cuando lo juzgas favorablemente, no habrá separación entre tu y el Maestro, o entre tu y el Amigo. Por ello los juzgarás favorablemente cuando sospeches que te han hecho mal…”.

Queda más claro ahora la razón por la cual la máxima de Yehoshúa ben Perajyá teje las tres recomendaciones en una sola enseñanza: el Maestro es el interlocutor necesario para un aprendizaje profundo y duradero, como el Amigo es necesario para formar el carácter moral, carácter que permitirá juzgar a todos y todas de forma benevolente, incluso al Maestro y al Amigo.

En las próximas entregas veremos cómo se ataca hoy en día a la figura del Maestro desde varios frentes cuando se le pretende sustituir por la inteligencia artificial y otras herramientas de alta tecnología, o cuando se convierte en el chivo expiatorio de las falencias morales de la sociedad, e incluso cuando es el blanco de políticas que desfinancian la educación y pretenden acabar con la libertad imponiendo ideologías de pensamiento único.

*  Profesor asociado de la escuela de Comunicación de la Universidad de Ottawa

3 Comentarios
  • Avatar del usuario
    InterConectados
    enero 27, 2022

    Nota y serie muy apropiadas, sobre todo en este momento de dolor por las noticias sobre la tragedia de los profesores Pedro Salinas e Isabela Hernandez de la ULA. Acabar con el conocimiento le hace daño al país. Hacerle daño a los docentes, mas alla de la maldad es un crimen contra el país.

  • Ramón Chacín
    enero 31, 2022

    ¿Cómo puede progresar una sociedad sin la adecuada educación para transformar el presente? El maestro, el profesor, es el llamado a liderar esa transformación a través de su relación con los alumnos. Pero la sociedad debe apoyarlo, incentivarlo, darle las herramientas para que pueda cumplir con su misión, desarrollar el ingenio y creatividad de sus alumnos.

  • Yajaira Freites
    febrero 1, 2022

    Es un texto hermoso por el rico contenido y sabiduría acerca del aprendizaje; pero aparte de esta dimensión ¿estética-moral? plantea un problema acerca de nuestro papel como maestros/profesores hoy en día; uno de mis mas apreciados profesores fueron aquellos que eran capaz de decir que no sabían algo y que le diera tiempo para averiguarlo; ambos aprendimos…gracias por hacerme reflexionar

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