Escribe un amigo en Facebook, “Ha terminado el semestre y lo que a continuación expongo son algunas observaciones del curso que impartí: El grupo estaba formado por ciento diecisiete alumnos, como es normal la mayoría de sexo femenino, en edades entre los dieciséis y los veinticinco años. Un semestre de dieciséis semanas. Para cada contenido preparé láminas esquemáticas y orientadoras. Hasta donde puedo hacer la recapitulación el resto de “errores u omisiones” fueron siempre estrategias de enseñanza (contra-ejemplos). Los resultados obtenidos: muy bajas calificaciones en general, un pequeño grupo de unos diez alumnos muy buenos. ¿A qué creo se deben estos resultados? … Incapacidad para leer: sinónimos y antónimos los consideran exactamente iguales: positivo y negativo, más y menos, diámetro y contracción …… son algunos ejemplos de los que recuerdo. Velocidad de lectura promedio treinta palabras por minuto, comprensión lectora 20%. En el salón no observé toma de notas o apuntes, ni grabación o registro de la clase, a quienes les pregunté tampoco acudieron a la biblioteca en todo el lapso. En algunos casos incapacidad para sumar dos valores decimales, según alguno de ellos no cursó matemáticas en los cinco años de bachillerato. La mayoría de las preguntas que formularon a lo largo del curso y exámenes (se les estimuló a formularlas) sin relación con los contenidos de la asignatura.”
Extenso, pero revelador y preocupante. Muchas sugerencias por parte de otros docentes, desde muchos ángulos y con diferentes aristas. La realidad es que en una sociedad deteriorada como la venezolana actual, donde se ha despreciado el conocimiento y hecho daño a los docentes, donde se ha eliminado la meritocracia para optar e ingresar a la educación superior y donde prácticamente no contamos con bibliotecas, libros, internet y computadoras, es difícil definir por dónde comenzar a establecer un sistema educativo que, además de educar, ayude a cambiar la sociedad que tenemos. Si sumamos el hecho de que la recuperación de la República debe pasar primero por generar empleo y producir comida para evitar la depauperación de las masas, y luego restaurar el sistema de salud antes de poder atacar la educación general y, por último, la educación superior, podemos darnos cuenta de la enorme tarea a desarrollar.
Pero si el cambio comienza por un buen maestro, como nos indica el Banco Mundial, pareciera que es allí donde debemos enfocar nuestras actividades de manera de recuperar a la brevedad posible nuestro sistema educativo. Es entonces donde la complejidad de la situación puede ser mejor manejada incorporando las TIC y las estrategias conectivistas a la docencia de aula, y donde el esfuerzo de inversión requerida debería orientarse. Porque si en lugar de regalarle una “canaimita” a cada alumno preparamos a los docentes para utilizar el “aula invertida”, y se les provee con materiales en línea para formarse y para divulgar contenidos, estaríamos en la vía para recuperar en un tiempo razonable la calidad de la educación. De allí que la inversión deba ser realizada en la dotación y el re-aprendizaje de esos maestros que facilitarán el proceso dentro de las nuevas estrategias para el desarrollo nacional.
Y este sí que sería un gran experimento colaborativo que podría realizarse utilizando estrategias conectivistas, como se ha explicado en múltiples notas anteriores en esta bitácora. Manejar conocimiento distribuido, poner en contacto alumnos de diferentes niveles educativos, ámbitos geográficos y culturas familiares, de manera de integrar un gran proyecto para relanzar la democracia, la igualdad de oportunidades y el trabajo fructífero en una nación prácticamente paralizada, pudiera ser el reto a enfrentar científicamente por la nueva red de educadores, no “doctos en algo” sino facilitadores de los procesos de obtención y procesamiento de información. Para obtener conocimiento dirigido a laborar en una población que los requiere con urgencia. Formar esos maestros y convertirlos en parte de un equipo de investigación colaborativo eficiente para transformar y adecuar nuestra educación al siglo XXI es el sueño que perseguimos en nuestra Fundación InterConectados, parte de la comunicación participativa que se ha propugnado para América Latina. Los Cursos Abiertos Masivos En Línea (CAMEL) secuenciales son la herramienta que venimos investigando (desarrollando) para acelerar estos procesos. Si te interesa, o quieres saber más, solo tienes que contactarnos comentando esta nota.
Jose Luis Mendoza M.
febrero 16, 2019Muy buen articulo, y los enlaces son un plus muy bueno. Gracias.-
ANTONIO VAZQUEZ PEREZ
marzo 11, 2019Estoy de aerdo es un forma fácil para intercambio de conocimientos
Pedro Charlita H.
febrero 16, 2019Uno de los retos más urgentes que debe enfrentar Venezuela en los próximos tiempos, es cómo devolver a la educación a niveles aceptables, incluso superiores a los existentes hace veinte o más años. Sin duda, para quienes nos interesamos por el tema, resulta de una importancia vital la selección de estrategias apropiadas para lograr tal objetivo y en esa búsqueda aparecen dudas y contradicciones que deben ser resueltas con las herramientas más eficientes. El articulo en comento, muestra con un lenguaje claro y preciso algunos problemas que se detectan en el aula, en este caso, una universitaria, y a continuación señala un conjunto de pocas acciones a seguir donde el manejo de las TIC’s es determinante. En resumen, el artículo describe un problema, lo caracteriza, propone soluciones para resolverlo en parte y nos ofrece una buena razón para participar en estos programas.
zulydelfiaco
febrero 18, 2019Estoy de acuerdo con sus comentarios sobre lo publicado, pero agrego que no debe desestimarse a la par de las nuevas tecnologías una pedagogía y estrategias didácticas apropiadas porque sin éstas últimas las tecnologías por sí solas se convierten en más de lo mismo, es decir que esos procesos de aprendizaje para los docentes deben planearse considerando las tecnologías y pedagogías emergentes
amparo142d
febrero 17, 2019Este comportamiento en los estudiantes universitarios, se repiten en su mayor mayoría para los niveles de secundaria y primaria, hecho que se evidencia en mucha publicaciones de las redes e investigaciones. Por ello, la tarea que tenemos por delante es recuperar la educación primaria como prioridad porque de ella se deriva el comportamiento de los estudiantes en otros niveles.