Claudio Bifano *
En los tiempos que corren, muchos dicen y estamos de acuerdo, que han cambiado los problemas que interesan a la sociedad y al sector productivo y deben producirse nuevos conocimientos para solucionarlos. Pero, como ocurre con otros asuntos de interés nacional, no hay unanimidad de criterios en cómo lograr que el país tenga un sistema de educación superior acorde con esas nuevas necesidades. En las esferas más influyentes de la política nacional y en lo que queda del empresariado, parece que no se apreciara la dimensión de la tragedia que para nuestro país significa haber arrasado la educación, ni se siente a cabalidad el deber de rescatar a las universidades nacionales del drama en que están sumergidas.
Mientras esto ocurre el gobierno pregona que Venezuela “se está arreglando”, con la pretensión de hacer creer que repentinamente nuevas luces inundan nuestros horizontes, pero la dramática situación de las universidades nacionales ilustra que lo que verdaderamente se pretende es ignorar la realidad. Algunos ejemplos sirven para sustentar esa afirmación.
El gobierno central y algunos regionales han caído en cuenta que no les conviene que se siga mostrando a la opinión pública nacional e internacional que los campus universitarios están destruidos y en total abandono, por lo que a través de programas que rezuman un fuerte tufo populista, en la Universidad Central de Venezuela (UCV) se ha maquillado parte de la infraestructura porque para el gobierno y así lo han dicho, lo importante es mostrar la universidad bonita.
¿Qué hay detrás de esto?
Este repentino interés por restaurar al campus universitario, después de haber propiciado su destrucción, más que un reconocimiento a la importancia de institución para el país, es una forma más de apropiarse de un espacio que no han podido conquistar a través de elecciones. La penetración de la universidad, que se viene consumando sistemáticamente, primero por la vía de la violencia y más tarde por una brutal mutilación de fondos, es un plan de apoderamiento y transformación de la institución muy bien orquestado, que terminará de cumplirse con la elección de nuevas autoridades de la UCV, a través de un llamado mecanismo transitorio de elecciones que admite la participación de porcentajes de estudiantes, egresados y del personal administrativo y de servicios. Este reglamento que según muchos universitarios responde a una necesidad apremiante para reactivar el funcionamiento de la UCV, parece haber sido logrado como producto de negociaciones de los decanos de la UCV con la ministra de educación universitaria y el Tribunal Supremo de Justicia, sin dar mayores informaciones a la comunidad académica.
Ahora bien, ¿Qué significa para el sistema nacional de educación universitaria que se elijan nuevas autoridades en la UCV? ¿Significará acaso que unas nuevas autoridades podrán por si solas revertir el desastre de la educación universitaria con el aporte financiero y las libertades que el gobierno le va a dar? ¿Significará que la universidad, a través de nuevas personas que rijan sus destinos, podrá sobreponerse al deterioro académico que sufre por la emigración de profesores y la deserción de estudiantes? Mucho me temo que no. En el mejor de los casos las elecciones las ganarán los candidatos que adversan al gobierno, pero para el ejercicio de sus funciones estarán constreñidos a aceptar las arbitrariedades que les imponga el gobierno porque no tendrán otra manera de sobrevivir. Pocos cambios podrán hacer unas nuevas autoridades de la UCV o de cualquier otra universidad pública, si no tienen propuestas concretas respaldadas por la comunidad académica para remediar el enorme disparate que ha sido el ensañamiento contra los principales centros de conocimiento del país.
¿Qué se puede hacer?
La UCV por los innegables aportes que ha hecho al país a lo largo de trescientos años de actividades es un punto de referencia para las demás universidades nacionales y tiene la gran responsabilidad de marcar los pasos a seguir para rescatarlas. Su mayor compromiso habrá de ser repensarla en sus aspectos académicos y organizacionales, ya que no es posible ni conveniente mantener la universidad tal como se concibió en 1958 y, como si esto fuera poco, debe usar su prestigio para convencer al sector político y empresarial de que efectivamente es una institución esencial para la reconstrucción del país. Deberá sugerir vías para financiar programas de investigación y formar dentro y fuera del país nuevas generaciones de jóvenes profesores, usando recursos que complementen el mísero aporte que los gobiernos puedan darle. Habrá que poner a disposición de los posibles usuarios del conocimiento del sector público y privado capacidades técnicas para resolver problemas de orden práctico, aprender a solicitar recursos a las organizaciones internacionales preocupadas por la educación, la ciencia y la tecnología y a la colaboración de nuestros colegas académicos y profesionales que han tenido que abandonar al país.
Todo esto puede hacerse y hay personas que pueden hacerlo. Así lo demuestra el admirable esfuerzo de muchos profesores empeñados en mantener abierta la Universidad en medio del enorme desbarajuste en que está sumida. Son ellos el corazón de la universidad gallarda que se resiste a sucumbir; son ellos la evidencia que, a pesar de todo, quedan recursos humanos muy valiosos que permiten pensar en un futuro esperanzador y esto tiene un enorme valor simbólico y práctico.
Pero el profesorado no puede evadir la realidad. Además de continuar exigiendo mejoras salariales. que es una necesidad de primer orden para la supervivencia de los profesores, hay que dejar de disimular, por temor o conveniencia, el daño que han hecho al país las políticas del gobierno para la educación superior. Hay que reclamar el respeto que merece la universidad como centro de formación profesional y ciudadana y no como fábricas de titulados que no alcanzan la formación necesaria para el ejercicio de su profesión, ni de cuadros políticamente aleccionados para supuestas necesidades del gobierno.
Defender la Universidad es una tarea compleja. Aún a lo interno de las instituciones se mueven fuerzas que se empeñan en regresar a la universidad en la que hemos vivido por más de sesenta años, basada en un modelo de sostenibilidad que ya no puede mantenerse y en la práctica del dejar hacer y dejar pasar que ha favorecido el enquistamiento de malas prácticas en el quehacer de la universidad venezolana.
La universidad no se defiende tratando de minimizar sus debilidades académicas y administrativas para supuestamente no causarle mayores daños, hay que tener la valentía de reconocerlas, denunciarlas públicamente e insistir dentro y fuera del país que su destrucción es una de las peores acciones perpetradas por un poder que se ha empeñado en destruir al país.
* Profesor Titular de la UCV. Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales
Zuly Del Fiaco
agosto 6, 2022Una visión de la realidad educativa, y en especial de la universitaria muy clara, en la encrucijada de erigirse o de fundirse definitivamente en un contexto totalmente desfavorable. Los universitarios ante la situación tienen tareas dobles, las de conseguir recursos para su propia subsistencia y la de invención de estrategias para que la universidad pueda seguir creando y compartiendo conocimiento, así como ayude a resolver problemas en el ámbito venezolano. Esta tarea tiene que asumirse, de alguna manera, hay que aferrarse a la resiliencia y conformar grupos colaborativos para avanzar
Wilfredo Urbina
agosto 6, 2022Excelente análisis de las dificultades externas e internas para recuperar la universidad. Una tarea titánica dada la destrucción por diseño que ha hecho la dictadura. Felicitaciones Claudio por tan certero análisis
Claudio Bifano
agosto 15, 2022Ver respuesta en la próxima entrada
InterConectados
agosto 7, 2022En InterConectados hemos recibido la siguiente Opinión. El autor prefiere mantenerse incognito:
Mientras exista el gobierno que se tiene no es posible hacer realmente nada que cambie la situación de cara al siglo XXI. Lo único que se puede hacer es apoyar o buscar formas sobre cómo ayudar a los grupos empeñados en sobrevivir y perseverar en la investigación científica y académica y en la docencia.
Repensar la universidad venezolana requiere de paz mental, estómago lleno y separarse completamente del contexto actual para responder a la pregunta siguiente:
Dada la situación actual del país y de la sociedad venezolana (proyectada a 50 años) qué forma organizacional debe tener el sistema universitario superior (despegándose de la idea de universidades autónomas y de toda la tradición que se remonta a los hechos de Córdoba de 1918. No digo olvidándose de esa tradición sino separándose de ella para pensar libremente) y cómo financiarlo.
Muchos hablan de que se debe buscar formas de financiar el sistema universitario pero nadie dice el cómo, los específicos.
Nada de todo esto se puede hacer con hambre y sin libertad.
Pero si se puede ayudar a sobrevivir a quienes trabajan en la investigación y docencia en la universidad actual depauperada.
Me parece que si se piensa en el sistema universitario que deberíamos tener (ajustado a las condiciones económicas de un país pobre, pobrísimo) en condiciones de hambre, sin libertad y atados al pasado vía los hechos de Córdoba, solo se producirá un modelo destinado fracasar apenas se trate de implementar.
Por otra parte, si hoy ya se tuviera dicho plan o modelo adecuado para el siglo XXI y las circunstancias de la Venezuela por venir, habría que pensar en que aspectos de ese plan se pudieran implementar teniendo en contra a los gremios que lucharan por sus cuotas de poder (son muchos los gremios involucrados). Lo que quiero decir es que la tradición pesa tanto que la resistencia a cambiar de los gremios será muy fuerte y el plan, cualesquiera que este sea, deberá contemplar dentro del plan cómo hacer para vencer la resistencia a ser implementado no solo por el gobierno (cualquiera que este sea) sino por los gremios.
Insisto: el foco principal hoy día debería estar en ayudar a los que están trabajando en las universidades con dinero, equipos y vincular a los grupos de investigación nuestros con los equipos de investigación en el exterior y con los sectores (como salud) y las pocas industrias activas que aún quedan en el país.
InterConectados
agosto 15, 2022Respuesta de Claudio Bifano
Doy las gracias al amigo que ha preferido no revelar su nombre por sus comentarios que paso a tratar de responder, disculpándome de antemano por la extensión de la respuesta-
1. Es muy improbable que con este gobierno pueda cambiar en lo esencial la situación de las universidades nacionales, para garantizar su funcionamiento adecuado como instituciones cuya misión es formar profesionales de alto nivel y generar conocimiento científico, tecnológico y humanístico y ofrecer un salario adecuado a la comunidad universitaria académica y administrativa.
2. De acuerdo también en que debe ayudarse a los grupos empeñados en sobrevivir y perseverar en la investigación científica y académica y en la docencia. Pero hay que definir qué se entiende por investigación científica y académica y cuáles son las instituciones que están en capacidad de hacerla. Por investigación científica y académica puede entenderse la producción de conocimiento nuevo, reconocido nacional e internacionalmente o la búsqueda en la literatura y la aplicación de un conocimiento o un know how estándar para dar respuesta inmediata a un asunto determinado. Refiriéndonos a la universidad, me inclino por lo primero y por este motivo el articulo enfoca fundamentalmente a la UCV, como ejemplo al hablar de las universidades nacionales. Una Universidad que alcanzó un nivel de competitividad por lo menos nivel regional.
3. También es cierto que se requiere de paz mental, estómago lleno para repensar la universidad, pero esto es un asunto de Estado cuya solución debe exigir la sociedad venezolana al gobierno que tiene la responsabilidad constitucional plasmada en los artículos 102, 103 y 109 de la CBV
4. No es posible concebir una universidad desligada del concepto, bien entendido, de la autonomía puesto que le es connatural. Sin libertad no es posible generar conocimiento ni formar profesionales calificados y ciudadanos con mentalidad independiente. Aunque haya sido un baluarte de la reforma de Córdoba de 1918, la autonomía es una condición esencial de las universidades desde la Edad Media. Es justamente la que permite ” pensar libremente” sin inherencias externas (del Estadio y de la Iglesia, se decía en la Edad Media)
5. No es totalmente cierto que nadie dice o haya dicho cómo deben financiar el sistema universitario. Hay varias referencias al respecto: “Repensar La Universidad” publicada en https://nuevauniversalia.wordpress.com/ el Blog del Grupo Nueva Universalia. En este Blog puede encontrar varios artículos y libros que plantean diversos aspectos de los que debe ser una universidad moderna.
Reflexiones y Propuestas para la Educación Universitaria http://www.acfiman.org.ve de la Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales
Planteamientos para una n visión de la Ciencia, Tecnología y Educación Superior en Venezuela. http://www.acfiman.org.ve , 2018
De la Universidad Real a la Universidad Posible. 2013 Idedm
Para salvar la universidad pública. Luis Ugalde https://www.elnacional.com/opinion/para-salvar-la-universidad-publica/
Solo para citar algunos ejemplos. Muchos profesores universitarios tienen muy claro en mente que la sostenibilidad de las universidades no puede estar sujeta al presupuesto que le otorga el gobierno, a pesar de que la Constitución dice en su artículo 103 que la educación impartida en las instituciones del Estado es gratuita hasta el pregrado universitario. Se está consciente de que educación de alto nivel es costosa y que el modelo de 1958 que prevé la total dependencia de las universidades al presupuesto que otorga el Estado, limita el concepto de autonomía y además es financieramente insostenible. Esto ha sido dicho en repetidas ocasiones, ahora hay que lograr que se acepte que debe complementarse con fondos que provengan de proyectos para el sector productivo privado e industrias y dependencias del Estado para dar respuesta a demandas sociales determinadas. El pago de matrícula estudiantil puede ser otra fuente de ingreso, aunque se sabe que en las mejores universidades privadas del mundo, el grueso del presupuesto no proviene de esta vía sino de la capacidad de sus profesores de producir ingresos.
6. “Se puede ayudar a sobrevivir a quienes trabajan en la investigación y docencia en la universidad actual depauperada”. Siempre hay que hacerlo. Los tiempos que corren son de supervivencia para los universitarios. Sin embargo, siempre es necesario tener muy claro que llamamos investigación y para que se está haciendo. Otro tanto ocurre con la docencia, el oficio de profesor requiere de capacitaciones que no todos tienen, a pesar dehaber obtenido un título universitario.
7.- Lo invitaría a dejar de pensar exclusivamente en la Reforma de Córdoba como paradigma de la universidad actual. Sus principios de institución abierta, científica, libre, crítica y con un amplio sentido social siguen siendo válidos, pero no considera aspectos que hoy son importantes como que el desarrollo productivo no está centrado en el dominio de una sola disciplina, sino en la solución de problemas y el dominio de la información o que hay que propiciar la universidad emprendedora capaz de competir en la sociedad del conocimiento. Todo esto es del dominio de toda persona informada sobre el tema universitario. El sistema universitario que deberíamos planificar es ese, a mi juicio, aunque las condiciones actuales sean de pobreza pero que eventualmente pueden y deben ser revertidos.
8.-No solamente los gremios son un problema para el mejoramiento académico de las universidades, también lo han sido los partidos políticos que han utilizado a las universidades públicas en escenarios para sus intereses y actualmente los profesores que utilizan su influencia para mantener la comodidad que ha significado el dejar hacer y dejar pasar que ha imperado en la universidad durante más de cincuenta años y ha producido las deficiencias que hay que enfrentar. Estoy de acuerdo en que cambiar la mentalidad de los universitarios no es un asunto de fácil solución, hay muchos vicios que se han enquistado en el quehacer institucional debido esencialmente a la falta de evaluación del personal académico.
La educación es un tema de largo aliento, no admite soluciones inmediatistas y reconstruir la universidad venezolana, que es el tema al que me estoy refiriendo es una tarea que tomara mucho tiempo, compromiso y esfuerzo. Sin embargo, eso no impide que se piense en lo que deberíamos tener como universidad ajustada a los actuales requerimientos sociales y comprometerse a conseguirlo en la medida en que lo permitan las condiciones.
9.- Aunque ya se ha dicho, repito que estoy de acuerdo en que es necesario apoyar “a los que están trabajando en las universidades y y vincularlos con equipos de investigación en el exterior y con los sectores de interés social y las pocas industrias activas que aún quedan en el país.” Hay instituciones del mundo académico, universidades y academias, que están trabajando en ese sentido a pesar de las dificultades que esto implica. Solo a manera de ejemplo:
THE Latin America University Rankings 2018: assistance needed to revitalize Venezuela International academic solidarity could help the scholars, researchers and students hit hard by the country’s economic crisis,
https://www.timeshighereducation.com/author/claudio-bifano
Agradecimiento-
Agradezco el trabajo editorial que ha mejorado la presentación del articulo
Luis Ordóñez
agosto 19, 2022Carlos Domingo es lectura obligado para todos los interesados en cambiar la universidad https://www.researchgate.net/profile/Carlos-Domingo/publication/267955606_SOBRE_EL_CAMBIO_EN_LA_UNIVERSIDAD/links/54d401a90cf2464758054e2a/SOBRE-EL-CAMBIO-EN-LA-UNIVERSIDAD.pdf
Luis Ordóñez
agosto 19, 2022Esto también es de lectura obligada https://www.lagranaldea.com/2022/08/07/casas-de-segundones/
Paul Esqueda
agosto 19, 2022Muy bien articulo de Claudio Bifano. Estoy totalmente de acuerdo en repensar las universidades públicas en todas sus áreas: gobernabilidad, financiamiento (cobro de matrícula), estructura administrativa, búsqueda de donaciones (lo que en USA se llama “University Development”), fondo de pensiones, entre las más significativas.
Gracias Claudio por resumir la situación.
Paul Esqueda