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Los programas doctorales como movilizadores de conocimiento en la sociedad. Una experiencia venezolana.

Creemos que están dadas las condiciones para un cambio paradigmático en la universidad venezolana: el paso de una universidad en crisis como transmisora, generadora y extensionista del conocimiento, a una universidad movilizadora de conocimientos en la sociedad (“término genérico que se da al conjunto de funciones y procesos en las varias interfaces entre conocimiento, práctica cotidiana y políticas públicas”, 1). Este cambio será impulsado por la incorporación al proceso de los programas doctorales. Proponemos analizar la evolución del paradigma de la universidad pública venezolana, las fallas que presenta y las posibles estrategias conectivas que permitan convertir a los programas doctorales en el crisol donde se logren fundir cultura, tecnología y capital humano de alto nivel, ingredientes claves para la generación de nuevas culturas colaborativas basadas en la asimilación adecuada de las tecnologías digitales de internet y la web 2.0 como instrumentos para facilitar el intercambio de conocimientos necesario entre la universidad pública y los ambientes de toma de decisiones de política pública.

Planteamiento.- El paradigma universitario ha cambiado con el tiempo. Pasar de la universidad organizada para transmitir conocimiento a la universidad creadora de conocimientos tomó varios siglos. Posteriormente se abre el camino de la universidad de extensión que, al incorporarse a las visiones anteriores, aún marca las estructuras organizativas de nuestras universidades: decanatos de docencia, investigación y extensión. Sin embargo, a pesar del esfuerzo realizado para impulsar una universidad promotora del desarrollo, nuestras sociedades aún esperan por esas contribuciones de la universidad y la mayoría de los problemas aguardan por solución, lo que obliga a plantear la hipótesis de si está en crisis el paradigma universitario vigente y si la situación problemática existente es solucionable desde el marco conceptual actual. Ante la posibilidad de realizar el cambio paradigmático (2) que permita mejorar los flujos de conocimiento entre la universidad y los lugares de toma de decisiones de política pública, los programas doctorales están llamados a catalizar el proceso desde la propia universidad.

Antecedentes.- Alineado con el modelo universitario prevalente se han hecho esfuerzos en Venezuela por desarrollar Ciencia y Tecnología (CyT) en el ámbito universitario, en particular en las universidades públicas, pero, ¿utilizamos la CyT para resolver nuestros problemas sociales y de crecimiento? La universidad venezolana desarrolló una buena capacidad de CyT ya que ello contribuiría al desarrollo nacional y a resolver los problemas sociales. Hoy cabe preguntarse si la universidad ha fracasado en este propósito o si el fracaso ha sido de la CyT. Entendemos que una mejor pregunta a formular sería: ¿Cómo puede la universidad movilizar conocimiento para ayudar a resolver los problemas de la sociedad? Un ejemplo concreto a investigar es el del papel de las universidades en la toma de decisiones de políticas públicas. ¿Existe en las universidades una organización eficiente entre docentes, bibliotecas, investigación, extensión y comunicación social que garantice la movilización de conocimientos en su interior? ¿Está la universidad presente en los sitios de toma de decisiones de política, se comunica con los políticos? ¿Cómo moviliza conocimiento la universidad venezolana en su interior para luego presentarlo en los lugares de toma de decisiones?

Los sistemas culturales tienden a perpetuarse, esto ha sido demostrado en muchas oportunidades, tanto en la sociedad en general como en el sistema educativo (3), de allí las dificultades que se enfrentan al intentar cambios en los sistemas socioculturales. ¿Cómo circula (se obtiene, procesa y utiliza) el conocimiento en una sociedad? ¿Depende esta inserción (gerencia) del conocimiento de factores culturales? Y si es cultural, ¿cómo funciona la cultura universitaria venezolana y cómo afecta a la gestión del conocimiento en su seno, y desde ella a la sociedad? ¿Cuál es el papel de los individuos, específicamente de los docentes, y cuál el de las estructuras en este proceso de movilización de conocimientos? Son preguntas que generan soluciones difíciles de implementar en las estructuras actuales, y aunque un paradigma nuevo sea incluso más difícil de alcanzar, así como poco discutido en los ambientes formales de nuestras universidades, pareciera ser la única vía para responder al reto que tiene planteada la universidad pública venezolana.

Los programas doctorales pudiesen ser la bisagra sobre la cual realizar la nueva apertura.

Una alternativa.- Por sus propias características, el subsistema de educación de postgrado, y en particular el de los programas doctorales, está en situación particularmente adaptada para servir de crisol donde se logren mezclar los ingredientes del cambio paradigmático necesario, al alinear el capital humano y las tecnologías emergentes con los procesos requeridos, de manera de generar nuevas culturas colaborativas. Existe poca colaboración entre programas doctorales, o para nuestro efecto, entre investigadores en programas doctorales de diferentes espacios en una universidad o de diferentes universidades, pero existen las condiciones que pudiesen incrementar esta colaboración para la solución de problemas complejos que enfrenta la sociedad, mediante la movilización eficiente de conocimientos.

Los programas doctorales son particularmente adecuados para esta iniciativa por ser instancias donde los docentes se desdoblan como estudiantes (candidatos doctorales) que por tiempos relativamente prolongados van a realizar investigaciones que tratan de llegar a generalizaciones o demostrar hipótesis de trabajo que puedan incrementar la comprensión de una situación dada. Por otra parte, la disciplina de los estudios doctorales y la metodología de tutores y jurados internos y externos a las instituciones podrían favorecer el desarrollo de las “culturas colaborativas” requeridas para la movilización eficiente de conocimiento en nuestro medio. Proponemos evaluar los esfuerzos en curso tendientes a alterar positivamente el estado de cosas vigente a través de proyectos colaborativos experimentales en desarrollo entre los programas doctorales en educación, administración y ciencias sociales.

Una experiencia.- Alineado con esta visión se han venido desarrollando Cursos Abiertos Masivos En Línea (CAMEL, los MOOC derivados del conectivismo de Siemens y Downes, 4), en particular los de “Investigaciones Colaborativas en Ciencias Sociales” y “Movilización de Conocimientos entre la Universidad y la Sociedad”, dictados como parte de Programas Doctorales en Universidades Públicas en Venezuela. Los resultados parecieran sugerir la posibilidad de intentar esta vía para lograr la deseada colaboración al interior de las universidades públicas y entre ellas y la sociedad, para así satisfacer en forma más efectiva las expectativas existentes sobre la contribución de las universidades a la solución de los grandes problemas del país.

El proceso de cambio es difícil, requiere la generación de redes entre directores y coordinadores de programas, profesores a cargo del dictado de los cursos doctorales y estudiantes ganados a la idea y dispuestos a aceptar las nuevas exigencias, sobre todo en lo referente a “la capacidad de buscar, seleccionar, evaluar, interpretar y comunicar información relevante” (5). Pero si no se entra en las tareas requeridas por el nuevo paradigma, difícilmente podrán tener los doctorandos las destrezas necesarias para movilizar conocimiento conjuntamente con la sociedad a la cual se deben, o lograr con la ejecución de sus tesis doctorales avanzar el conocimiento que la propia universidad requiere para movilizarlos en forma útil a esa sociedad. Adicionalmente, de no intentarse, se pierde la oportunidad de capacitar a los candidatos doctorales, futuros líderes universitarios, en aspectos relativos a la gerencia de las instituciones educativas. Este proceso debe desarrollar competencias organizacionales, tan necesarias en los gerentes universitarios, y particularmente adecuadas en el caso de doctorandos orientados eventualmente a manejar esas estructuras universitarias.

Los hallazgos pudieran orientar los procesos mediante los cuales se logre alcanzar una más eficiente movilización de conocimientos entre la universidad pública venezolana y el resto de la sociedad, y se constituirán así, en términos de Kuhn, en “una promesa de éxito discernible en ejemplos seleccionados” para el cambio paradigmático (6). Es algo necesario.

1.- Shaxson, Louise with Alex T. Bielak, et al. (2012). Expanding our understanding of K+ (KT, KE, KTT, KMb, KB, KM, etc.) A concept paper emerging from the K+ conference held in Hamilton, Ontario, Canada, April 2012, UNU-INWEH, Hamilton, ON. Consultado el 27/04/2014 en http://inweh.unu.edu/wp-content/uploads/2013/05/KStar_ConceptPaper_FINAL_Oct29_WEB.pdf
2.- Rodríguez Berrio, Aránzazu (2006). Últimos avances en los paradigmas de trabajo social/ la exclusión social y el estado de bienestar en España. V Informe FUHEM de políticas sociales 75-86
3.- Bourdieu, Pierre y Passeron, Jean-Claude, (1964) Los Herederos: Los estudiantes y la cultura, Siglo veintiuno editores Argentina SA (2009). Consultado el 28/04/2014 en http://socioeducacion.files.wordpress.com/2011/05/bourdieu-pierr-los-herederos.pdf
4.- Siemens, G. (2004). Connectivism: A Learning Theory for the Digital Age Consultado el 18/01/2014 en http://www.elearnspace.org/Articles/connectivism.htm
5.- González García, Raúl, (2013). Tres competencias laborales que marcan la diferencia entre el siglo XX y el siglo XXI,  recuperado 20 de abril de 2014 de https://blog.zyncro.com/?s=tres+competencias+laborales
6.- Kuhn, T.S. (1981). La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, Madrid, p.52.
7 Comentarios
  • Guillermo Yáber
    agosto 22, 2014

    Programas doctorales articulados en redes. Atractores y distractores.

    Un programa doctoral hoy en día puede entenderse como un espacio propicio para la generación de conocimientos que luego: 1.- Se divulgan a todos; 2.- se difunden entre los pares y 3.- se emplean para desarrollar aplicaciones como patentes, políticas públicas, productos y servicios. Es muy sugerente pensar que la articulación de programas doctorales dentro de una misma institución o en diversas instituciones a través de redes, puede fortalecer e incluso superar los resultados que obtiene cada programa por separado. Una iniciativa en esta política pública derivó en un programa para promover esta articulación, que formuló e implantó el CONICIT de Venezuela en el siglo pasado. La política pública destinó fondos para el intercambio de profesores y estudiantes, asignaturas comunes para todos los programas y acceso para el uso de fuentes de documentación compartidas, entre otros elementos. Al menos cuatro iniciativas derivadas de este programa se llevaron a cabo en ciencias de la naturaleza y lógico-matemáticas. Sus resultados los conocen los actores que participaron en esas iniciativas, y posiblemente el ente financiador. El programa fue suspendido y no conocemos una evaluación de los resultados de esa política pública. Actualmente la política parece orientarse a la apropiación del conocimiento y su socialización en la sociedad pero los mecanismos para incentivar esto son principalmente fondos concursables donde los programas doctorales, centros de investigación y otras unidades generadoras de conocimiento, compiten por lo recursos y no se espera que colaboren para lograr un resultado. Los programas doctorales en Venezuela, requieren documentar asociaciones con programas de otras universidades como una evidencia de posible trabajo en red. Las posibilidades de doble o múltiple titulación o acreditación de cursos tomados en otras instituciones puede ser también un atractivo para estos programas. Sin embargo las prácticas gerenciales intra-universitarias y del sector universitario que son una expresión de las prácticas culturales, chocan contra estas iniciativas. Por ejemplo un curso universitario no puede ser Transdepartamental (debe estar adscrito a una disciplina); cursos doctorales genéricos que cambian de temática son vistos con suspicacia. Un convenio interinstitucional puede durar 5 años antes de ser aprobado por dos instituciones. Un consorcio para desarrollar un programa doctoral compartido por cuatro instituciones se aborta pues las universidades tienen mecanismos normativos que impiden un trato igualitario entre los miembros del consorcio. Tenemos el discurso pero no el liderazgo y gerencia que son necesarios entre nuestros directivos universitarios para hacer posible estas redes. Mientras tanto, las iniciativas puntuales, abnegadas, con mucha visión, pero con poco apoyo como la del Dr. Ordoñez buscan aumentar los atractores y minimizar los distractores…

  • Elieth Diez
    agosto 24, 2014

    Estoy de acuerdo con esto: «Las posibilidades de doble o múltiple titulación o acreditación de cursos tomados en otras instituciones puede ser también un atractivo para estos programas. Sin embargo las prácticas gerenciales intra-universitarias y del sector universitario que son una expresión de las prácticas culturales, chocan contra estas iniciativas». Por ejemplo en españa los programas intrauniversitarios funcionan y son valorados con mayor calidad por la Unión Europea, el participante obtiene una experiencia de aprendizaje mas diversa, se mide con externos que poseen otros puntos de vista, incluso otras lenguas que amplian la visión del estudio, sin duda una experiencia enviable, mas no imposible si nos empeñamos en intentarlo.

    Estimo yo desde mi ignorancia que la poca visibilidad de los resultados de la experiencia Conicit en parte se deban a la limitante tecnologica para la epoca, pienso que hoy contamos con mayores y mejores herramientas para medir estos impactos.

  • Norelis Jiménez
    agosto 30, 2014

    Desde mi experiencia particular, considero que el desarrollo de CyT en nuestras universidades no termina de evolucionar. Y comparto la idea de que la CyT es el elemento, hoy día, indipensable para movilizar el conocimiento. Los programas doctorales, a mi modo de ver, permiten desarrollar culturas colaborativas que resultan ser positivas cuando se saben administrar; permiten desarrollar también habilidades y capacidades nuevas en esa conducción del conocimiento necesaria para el crecimiento de nuestra sociedad, además del poder compartir experiencias desde varios puntos de vista, lo cual es importante en el sentido de que esto irá dando espacio para generar el cambio paradigmático del cual se habla en el articulo.

  • Gustavo Torres
    junio 10, 2015

    Muy importante los observaciones y propuestas sobre la educación superior en Venezuela, caso programas doctorales de conocimiento en la sociedad. Muy pertinente porque desde ese nivel educativo se pueden hacer muchas cosas para mejorar la problemática nacional. Desde allí se pueden implementar acciones que generen una cultura de movilización del conocimiento, para enrumbar al país por los caminos del desarrollo en ciencia y tecnología, que incida en el bienestar de todos y todas las venezolanas.

  • José Marvez
    junio 10, 2015

    La sociedad del conocimiento, sólo es posible a partir de una práctica de la cultura del conocimiento, es decir, cuando el uno, el otro y los otros, como práctica cultural, como cotidianidad, entendiesen la pertinencia del hecho coloborativo del manejo de información, para producir y reconstruir conocimiento , en esa misma medida, se construye una sociedad del conocimiento, las sociedades desarrolladas, como, por ejemplos, las angloparlantes y europeas, en su gran mayoría, han entendido esta dinámica, y en consecuencia, propenden el manejo colaborativo de información y es de suponer que esto supone una fuerte comunicación y relación, entre lo que hacen las universidades a nivel de investigación, bajo las premisas de información compartida en redes y construcción del conocimiento producto de estas prácticas y, el diseño y ejecución de políticas publicas a nivel de los estados. Estas experiencias, debería comenzar a estudiarse y promoverse en las universidades venezolanas, por ejemplo , y el nivel doctoral sería, evidentemente, el grupo piloto que comience por dar los primero pasos en la dirección de una producción y construcción del conocimiento a modo colaborativo, por la propia naturaleza de distancia geográfica que separa a los participantes de los cursos, interes de investigación quzás divergentes, etc., pero razone éstas que pueden más bien ser aprovechadas para hacer más integral y complejo lo que se produzca como conocimiento colaborativo, estableciendo además las instancias de divulgación y promoción de los estudios e investigaciones, a fin que se produzaca la movilización de este conocimiento a las sociedades concretas, a partir de la materialización en políticas públicas de las observaciones y conclusiones de tales estudios.

  • Sarkis Marlena
    junio 14, 2015

    Como todo en la vida, si se tiene la costumbre o la cultura de hacer las cosas, en este caso lo habitual, se llega a ver las mismas como normas o reglas de vida para poder surgir en la educación, en este caso, en la educación universitaria. Si el ser humano se acostumbra desde su niñez que se debe hacer conocimiento y compartirlos al mismo tiempo que se estudia e investiga, se podría construir la llamada sociedad del conocimiento, de lo contrario, si no existe esa práctica, no va haber pertinencia en el asunto, simplemente no es para ellos lo habitual. Claro está, que a esto le podríamos sumar que si se quiere se les exonera de culpa, ya que la educación a nivel general no los prepara para ello, regularmente van vacíos de conocimientos en lo que respecta a investigación, sin ir muy lejos, un bachiller llega a estudios universitarios, muchas veces, sin saber analizar un informe, ni mucho menos compartir información actual sobre lo nuevo en ciencia y tecnología (entre otras cosas) por la red y con diferentes países. Pues se trata de una cultura educacional y para ello se debe hacer una trabajo en conjunto con todos los entes encargados del sistema educativo, en una sola voz y con un constante trabajo para llegar a tal fin, que sería el ideal sistema educativo….

  • YOLIMAR ROMERO
    junio 16, 2015

    En la actualidad la educación venezolana, tiene muchas deficiencias, las aulas de clase se han convertido en una practica cotidiana de acumulación de información, donde los estudiantes son vistos como receptores de una cantidad de conceptos, formulas y ecuaciones entre otros, sin saber para qué le sirven dichos contenidos, pues nosotros los docentes nos hemos dedicado a transmitir información sin detenernos en enseñarle la utilidad de algunas teorías o simplemente no le hemos facilitado al joven las herramientas para que tenga acceso a la información a través de las redes informáticas y tecnológicas y la pueda compartir con otras personas.
    Es por ello que pienso que la universidad esta obligada a desarrollar culturas colaborativas a través de los programas de postgrados, que permitan por lo menos la movilización eficiente del conocimiento, donde cada aspirante pueda compartir sus experiencias con otras personas que lo ayuden a canalizar algunos temas de estudio, e incluso a desistir de algunos planteamientos de trabajos que finalmente no resolverían de inmediato los problemas actuales que invaden a nuestra sociedad.

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