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Te escribo, en primer lugar, para agradecerte el editorial que tuviste a bien escribir en este mes de agosto para el Boletín de Interconectados, que se edita junto con nuestro blog de manera de mantener al día y actualizar ideas para la discusión entre nuestros amigos y relacionados con el apoyo editorial de Leonardo Picón, miembro de la Fundación. En el Editorial trataste este problema que nos persigue de cuál debe ser y cómo lograr la universidad venezolana del futuro. Como de costumbre, hiciste un excelente trabajo. El mismo me da pie para escribir esta nota porque creo que todavía muchos académicos están pensando en la universidad que fue y ya no es, cuando en realidad debemos de pensar sobre la nueva universidad, que debe ser distinta a la que fue y a la que es en la actualidad.
Y, éste es el segundo punto que quiero tratar, la universidad venezolana del futuro y cómo lograrla. Para ello vale la pena revisar el siguiente documento anexo, en versión en español traducido del original generado por el Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde discuten el problema de la tríada universitaria (investigación, docencia y extensión) como algo que se retroalimenta permanentemente y que es ideal para orientar la formación de los estudiantes de esa institución. Creo en esta visión de manejar la educación de los estudiantes universitarios, simultáneamente en esas tres líneas: investigación, docencia y extensión, que es sin duda alguna, ideal para lograr ese ciudadano al que nos referimos al hablar de la Paideia griega.
Todo lo anterior me ha llevado al convencimiento de la necesidad de tratar de desarrollar en Venezuela, en su “Universidad del futuro”, proyectos de Ciencia Ciudadana (CC), en particular de Ciencia Social Ciudadana (CSC). La CSC es una metodología de investigación colaborativa que involucra a ciudadanos en todas las etapas del proceso científico, desde la identificación de problemas hasta la difusión de los resultados. Esta aproximación busca democratizar el conocimiento y empoderar a las comunidades para abordar, con base científica, sus propias problemáticas.
Entre los beneficios de implementar CC en la Universidad podemos destacar:
1. mayor impacto social, los proyectos de CC pueden abordar problemas locales y generar soluciones innovadoras; 2. formación de ciudadanos científicos, la participación en proyectos de CC fomenta el pensamiento crítico y la alfabetización científica; 3. fortalecimiento de las relaciones universidad-comunidad, la CC promueve la colaboración y el diálogo entre la academia y la sociedad; y, 4. la generación de nuevos conocimientos. Sin duda, los datos recopilados a través de proyectos de CC pueden enriquecer la investigación científica.
Si bien es cierto que la CC representa una oportunidad invaluable para democratizar el conocimiento científico, involucrar a la comunidad y abordar problemas locales de manera colaborativa y su integración en una universidad, implica un cambio cultural profundo y estratégico. Va desde dejar de ser “los poseedores de conocimiento” hasta estar abiertos a las demandas de conocimiento por parte del entorno inmediato de cada universidad.
He aquí algunos ejemplos de su implementación en América Latina: 1. Argentina, Plataforma Conciencia Ciudadana, que conecta a ciudadanos con proyectos de investigación en diversas áreas; 2. Brasil, Proyecto de Monitoreo de Aves, que involucra a ciudadanos en la recolección de datos sobre la diversidad de aves; 3. Colombia, Plataforma Colombia de Biodiversidad, que permite a los ciudadanos registrar observaciones de flora y fauna; 4. México, Red de Monitoreo de la Mariposa Monarca, que involucra a ciudadanos en el seguimiento de la migración de esta especie.
Desafortunadamente, pienso que debido a la situación-país por todos conocida, Venezuela no aparece entre los países que vienen adelantando CC o CSC en sus universidades. Es por ello que pienso que se debe trabajar conjuntamente, en Alianza Estratégica con las instituciones a las que pertenecemos, para contribuir en la incorporación de estas nuevas visiones en “nuestra universidad del futuro”. Solo así, con la humildad requerida en estos procesos (no lo sabemos todo y debemos estar permanentemente aprendiendo), podemos comenzar a entender, aprender, divulgar, diseminar y convencer a las nuevas generaciones de docentes a incorporarse a estos mecanismo para vincular estrechamente los elementos ya mencionados en el triple rol de la universidad: investigar, educar y apoyar la sociedad en la que se encuentra.
Unos primeros pasos pudieran ser:
1.- Participar con ponencias sobre este tema en el Foro InvertidoInterconectados-Presidencia de AsoVAC de este año (ver cronograma en el Boletín de la Fundación, mes de julio).
2.- Publicar simultáneamente en los blogs existentes y que dirigimos, notas con reflexiones, hallazgos, orientaciones sobre la CC y la CSC (el esfuerzo colaborativo).
3.- Contribuir con cualquier tipo de evento (cursos, foros, talleres, etc.) que sobre el tema se realice.
Por lo pronto te invito a publicar esta nota en tu blog. Yo procederé a solicitar que sea publicada en el Blog de Interconectados.
Quedo, atentamente, amigo.
Luis Ordóñez
Rosibel Grisanti
agosto 21, 2024Excelente reflexión estimado Profesor Ordoñez. Para mí realmente fue un descubrimiento y una valiosa enseñanza lo atinente a la Ciencia Ciudadana. Y considero que es una forma de investigar que hace partícipe a la comunidad, y en la cual la universidad, sin duda, puede jugar un papel esencial. En nuestra Universidad de Carabobo, en el Doctorado de FaCES, ha sido un aporte valioso para el aprendizaje y a su vez para la divulgación, sus enseñanzas sobre Ciencia Ciudadana. De esta suerte, podemos apoyar a la sociedad en la cual nos encontramos, como usted plantea en su carta. Cordiales saludos y gracias por sus enseñanzas.