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XII Foro Invertido de Interconectados. Sesión 2. Ciencia Social Ciudadana y Educación: una alianza positiva. Ponencia 4: Cuando las madres y las maestras se vuelven comadres. Luisa Pernalete

“Quien tiene un hijo, tiene todos los hijos del mundo”, dice Andrés Eloy Blanco en su poema Los hijos infinitos. Y eso lo hemos comprobado en pequeño con el programa de Madres Promotoras de Paz de Fe y Alegría, creado en 2009 – 2010, por el Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín, de Fe y Alegría. Se ensayó en Ciudad Guayana y luego se hizo nacional. Se trataba de enfrentar la violencia del entorno de muchos centros educativos en todo el país, y se le encomendó a esta servidora. Era obvio que para prevenir, reducir y erradicar la violencia que cobraba vidas, había que formar a alumnos, educadores y las familia, las madres en concreto, pero se decidió comenzar por las madres, porque si se les gana a ellas, se gana a toda la familia, y además, a ellas todos le echan la culpa y pocos le dan la mano.  

En esta ponencia veremos el proceso formativo que se sigue con las madres de escuelas de sectores populares, primero comprender la violencia, luego recuperar su propia vida – la parte dolorosa y el pozo de posibilidades – conocer y comprender a sus hijos, analizar el contexto de su comunidad y la escuela donde están sus hijos, y luego su derecho a vivir en paz, y la organización como grupo para promover loa cultura de paz en su escuela y en su comunidad.

En ese proceso, las escuelas se alían con las familias – con las madres – y se vuelven “comadres”, se cambia el dedo acusador de la escuela hacia la madre y se extiende la mano. Las maestras son “madrinas” de sus alumnos, y las madres ahíjan a los hijos de otros en la escuela. Se cambia esa actitud de “enemigos” familia y escuela, se colocan del mismo lado de la cancha, a favor de los estudiantes: hijos de unos, alumnos de otros, pero con lazos de cooperación, enfrentando problemas comunes, buscando mas alianzas en la comunidad. El curso dura unas 20 horas, pero se hace un plan de cooperación que permite esa colaboración. Se descubren nuevos retos, también se descubren lideresas, las madres se empoderan en la escuela y en la comunidad, el contexto se sigue analizando para descubrir necesidades de colaboración en favor de los alumnos/hijos/ahijados. Aprender a administrar las emociones, de ellas y de sus hijos, es algo de lo que aprenden. Administrar, no reprimir ni controlar.

Mucha participación, mucho sentido del humor, se reconstruye tejido social tan destruido en nuestro país, mucha creatividad. Mucho diálogo entre madres, educadores e hijos/alumnos. Reflexión para crecer como personas, “tareas para la casa” para crecer en las relaciones familiares, y herramientas para esa cooperación en la escuela.

“Las comadres” se tienen confianza entre sí, hay madres que pueden suplir temporalmente a las maestras, mejora el rendimiento y comportamiento de los hijos de esas madres que aprenden a ser mejores madres.   

Se ampliar con Conversaciones sobre la violencia y la paz, una invitación a la convivencia pacífica, de Luisa Pernalete (2015) segunda edición, Fe y Alegría.

Alemany, C (Ed) 14 aprendizajes vitales, 11 edición, Bilbao, España.

Segura, M (2005) Enseñar a convivir no es tan difícil. Para quienes no saben qué hacer con sus hijos o con sus alumnos. Desclee de Brouwer, Bilbao.

2 Comentarios
  • María Angelina Rodríguez
    noviembre 7, 2024

    Hermosa experiencia que además proporciona uno de los aspectos importantes para fortalecer las redes de vínculos en las comunidades: la formación de actores claves, es este caso las madres como promotoras de cultura paz y, a partir de allí, estrechar las relaciones con las escuelas en las comunidades para resolver en conjunto uno de los problemas sociales que les aquejan, como es la violencia. Interesante mantener a la escuela como un espacio de cohesión y formación comunitaria. Saludos

  • Rosibel Grisanti
    noviembre 12, 2024

    Me llamó la atención el simpático nombre de la presentación, y al conocer su contenido me ha parecido un hermoso proyecto, que ha tenido un impacto positivo en las escuelas donde se ha aplicado. Qué mejor vínculo entre madre y maestras, y entre las madres entre sí, para colaborar en el mejoramiento de la educación de sus hijos. Y esto por consiguiente tiene efectos positivos en la comunidad, pues es una alianza que hace a las madres formadoras de paz y aleja a los muchachos de la violencia. Un interesante tema para la Ciencia Social Ciudadana, que ha der ser estudiado en las universidades, sobre todo en las facultades de educación.

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