Leyenda de foto: Esperan por su crecimiento y desarrollo
Ángel G. Hernández (*)
En julio de 2023 se realizó en la ciudad de Mérida el Foro, La Universidad Venezolana del Futuro, en homenaje al Dr. Pedro Rincón Gutiérrez con ocasión del centenario de su nacimiento. Desde entonces Interconectados ha venido formalizando y recopilando opiniones de otros actores de la vida nacional. Justo es reconocer que, la gran mayoría de ellas, son de excelente calidad al considerarlas como puntos específicos de un asunto amplio o bien como supuestos de una iniciativa compleja.
He sido invitado por el Dr. Luis Ordóñez a escribir sobre el tema y he tardado en vencer mi pesimismo y encontrar una vía para contribuir y no frustrar la confianza de otros en tal aspiración. No obstante, debo decir que mi desilusión no es infundada.
En esta ocasión haré un vuelo de pájaro sobre la historia sociopolítica de la Universidad Central de Venezuela con base a los estudios del profesor Alberto Navas Blanco [1] sobre la UCV y mi propia experiencia en la misma institución.
La historia sociopolítica cuenta y la cultura pesa
La Fundación del Colegio Seminario abarcó un período de 81 años de labor sostenida y otros 48 hasta que se fundase la Universidad de Caracas. En total 129 años hasta 1721. Entrar en funcionamiento le tomó cuatro más. Sería interesante conocer por qué, después de una incubación sostenida durante largo tiempo, todavía hubo que esperar cuatro años para iniciar actividades. ¿Será porque dependía de un esfuerzo financiero propio de la comunidad? Veamos.
La creación de la Universidad de Caracas fue el resultado de un esfuerzo colectivo encomiable: “con el concurso de opinión favorable y ayuda monetaria, por todos los tipos de habitantes de cierta importancia en Caracas y la Provincia de Venezuela… La Universidad termina por desarrollarse a sí misma, en los procesos de la primera mitad del siglo XVIII, entre conflictos y avances…del ciclo vital del propio Rey Felipe V (1683-1746), quien siempre estuvo atento para conocer y legislar en favor de la buena marcha de nuestra Real y Pontificia Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela” [Navas Blanco,2021:110].
Luego, del período originario colonial, la universidad pasó por muchos sobresaltos propios de las condicionantes políticas: “ Sabemos que desde el siglo XIX se pronunciaron las diferencias entre los valores e intereses académicos de la Universidad contra los objetivos de dominación de la estructura de poder interna dominada por el caudillismo y los grandes jefes autocráticos como el general Guzmán Blanco entre 1870 y 1888…así como también sus seguidores del Partido Liberal Amarillo, como el general Joaquín Crespo; quienes intervinieron la Universidad Central de Venezuela y la despojaron de sus bienes rentales heredados de la Colonia y de las donaciones aprobadas por el Libertador Simón Bolívar, alegando siempre el origen hispánico y conservador de la Universidad, tildándola de “Nidal de Godos”. De la misma manera, gobiernos más contemporáneos han revivido ese discurso pseudorevolucionario, manejado por personas ajenas al conocimiento y a los saberes, ávidos por poseer los cargos y presupuestos de la Universidad, así como para satisfacer las demandas populistas de su clientela política. Sustituyendo la calidad por la cantidad y el ejercicio crítico autónomo por la obediencia” [Navas Blanco, 2021: 110-111].
Consigno totalmente lo descrito por el profesor Alberto Navas Blanco. No obstante, al hablar de los gobiernos contemporáneos esperemos por un estudio comparativo que destaque la importancia diferencial asignada a la universidad por los gobiernos democráticos y los que han sido producto de revoluciones o dictaduras. Igualmente, requerimos de un estudio no impregnado de la narrativa de la “izquierda” -casi toda la Venezuela política- sobre el uso y mal uso que ha hecho la propia universidad de la autonomía universitaria.
El párrafo anterior describe la posición del gobierno y el comportamiento de los universitarios ucevistas en un asunto tan caro a la universidad, desde su fundación, como lo es la autonomía. Salta a mi memoria, como una reiteración del abuso al concepto y práctica de la autonomía, el acuerdo[2] alcanzado recientemente para suspender leyes de acuerdo mutuo- para salir “de ella, decían”- y realizar las elecciones de autoridades en la UCV. He tenido noticias que de tal acuerdo no es aplicable a otras universidades: “aquí no ha pasado nada” y la vida sigue con la llegada de unos y la salida de otros.
Lo más novedoso de la “nueva universidad”, en curso, es el inicio del camino hacia la privatización y la prestación de servicios eficientes y creativos al sector privado[3], cuando estamos en presencia de un gobierno socialista que se consolida con las propuestas de la oposición política.
No sé si ha quedado clara una de las fuentes de mi pesimismo con tal ligero pincelazo. Pienso en los acuerdos que han llevado al nuevo gobierno de la UCV y deseo que alguno de los electos trabaje en pro de la universidad y del país.
Es posible porque la anarquía es total
No obstante, hay más. Es imprescindible discutir sobre el valor asignado a la educación en Venezuela. Una conclusión menos subjetiva podría derivarse en un estudio comparativo sobre la cantidad y la calidad de la educación durante diferentes periodos sociopolíticos del país. Y, para esto contamos con el recurso de la Memoria Educativa Venezolana. Esta organización ya cuenta con una base de datos impresionante, bien hecha y con una serie de estudios entre los cuales destacan los de la Memoria Histórica Educativa Venezolana.
Estudios como estos y los ya realizados sobre la universidad venezolana deben tenerla como guía y marco quienes pretendan diseñar la “universidad del futuro” en la Venezuela inmersa en un mundo global.
Los aspectos sustantivos de cómo debe ser una universidad del futuro ya se está intentando en los países líderes mundiales los cuales ya disponen de una universidad en apoyo al poder del país. La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) a la vida diaria está removiendo los cimientos científicos, educativos y políticos de estas instituciones.
¿Irá la próxima corriente de desarrollo más allá de lo económico y lo humano?
No puede la “universidad del futuro” ignorar el acuerdo político de las élites globales: “no tendrás nada y serás feliz”.
Al que tenga dudas le es aconsejable recordar -aunque no me guste dar consejos- el acuerdo global sobre los derechos humanos que siguió a la finalización de la Segunda Guerra Mundial y lo que hemos hecho de ellos.
No tendrás nada es la liquidación de la propiedad privada y serás feliz es un pedido de regreso al misticismo.
¿Y, entonces qué hacer? Es evidente que la primera idea es rebelarnos. En concreto ello quiere decir enfrentar estas realidades locales y globales. Algo imposible de lograr sin la participación conceptual y activa de quienes esperan -la juventud-: por una nueva universidad y porque, los ciudadanos de este país, aportemos nuestra capacidad intelectual y fuerza emotiva a esta compleja empresa.
[1] http://sibucv.ucv.ve/libros/index.php/el-rey-felipe-v-de-espana-y-la-fundacion-de-la-universidad-de-caracas-en-1721-hoy-universidad-central-de-venezuela-alberto-navas/
[2] No he visto evidencia escrita de tal acuerdo. Me comprometo al repetir lo que diferentes actores del acto de la elección se atribuyen como su iniciativa para salir de ella.
[3] Todavía ando en búsqueda de este sector privado progresista e innovador. Nunca es tarde.
Ángel G. Hernández. Ph.D. Profesor Titular (J). Miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Egresados y Amigos de la UCV y profesor activo en la UCV y la Universidad de los Andes al nivel de posgrado. Ex decano de la Facultad de Ciencias y ex vicerrector académico de la UCV. hernandezangel1@gmail.com
Andrew Torres
septiembre 20, 2023Saludos!
Muy duro y real ha plasmado usted el devenir de la Universidad venezolana en el contexto actual. Ni hablar del caso de las Universidades intervenidas y expoliadas de su ser como la Unellez en la cual «sobrevivo»con múltiples casos anti-académicos que desvirtúan o más bien retuercen el concepto de Ser Universitario.
Giovanna Suárez
octubre 18, 2023Buen día. Muy interesante su comentario sobre la autonomía. Ha sido usada a conveniencia, más no para crecer y madurar como país, para beneficio de todos. Soy contraria al pensamiento único, con lo diverso podemos aportar ,si logramos unificar los esfuerzos.