Esta entrada son dos temas en realidad. El primero se refiere al futuro, y el segundo al presente.
Primer tema.– Y en el futuro: ¿Una Pirámide de Maslow social?
En una sociedad que se deshace, como la venezolana, donde los problemas de gestión han generado desaparición de puestos de trabajo, de alimentos, de medicinas, y se está destruyendo aceleradamente la capacidad instalada de las universidades (ver por ejemplo el artículo periodístico de Álvaro Pulido en el 2016) ¿cuándo será posible restaurar esa capacidad de las universidades para movilizar conocimientos en su seno?, ¿Cómo se logrará facilitar estos procesos aplicando las TIC?
En forma similar a la de la Pirámide de Maslow, relativa a la jerarquía de las necesidades humanas, la cual propone que a medida que se satisfacen las necesidades más básicas, los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados, podríamos deducir que en una sociedad deberán satisfacerse ciertas necesidades básicas antes de poder pretender desarrollar y satisfacer funciones más elevadas como serían la investigación científica en las universidades para contar con el conocimiento requerido para solucionar sus problemas, como se indica en la Figura 1.
Dentro de esta visión, en cualquier esfuerzo por reconstruir el país, deberá priorizarse temas como el de la alimentación y el empleo de la población, antes de poder concentrar esfuerzos en salud y educación básica (primaria y secundaria, hasta nivel de bachillerato) y antes de poder pensar en reconstruir y generar nuevas capacidades para analizar y generar conocimientos que contribuyan al desarrollo nacional.
Segundo tema.- El tsunami digital como una solución para el problema educativo
La realidad recién expuesta choca con la idea positiva de que las tecnologías de información y comunicación (TIC) se difundirían masivamente en latinoamérica en una especie de “tsunami digital”, impactando todas las áreas de la sociedad en su beneficio. Esta visión comenzó a hacerse popular con el advenimiento del siglo XXI: la “sociedad del conocimiento” y la globalización parecían indicarlo. Sin embargo no todo era “soplar y hacer botellas”, hace más de un lustro (Ordóñez, 2010) escribíamos un ensayo académico sobre el problema de cómo insertar las TIC en la sociedad latinoamericana, lo cual no sería un hecho natural y espontaneo sino que requeriría de un esfuerzo consciente por parte de gobiernos y organizaciones ya que debería vencer barreras de tipo cultural.
Si bien es cierto que las TIC han permeado ampliamente la sociedad latinoamericana en todos los niveles en el lapso transcurrido desde entonces, no es menos cierto que esta penetración de las tecnologías digitales no ha sido homogénea. El mundo de los negocios, del comercio, de las telecomunicaciones se ha beneficiado enormemente, mientras que vastos sectores de la sociedad, por razones de las desigualdades existentes, aun no logran beneficiarse de las TIC. Las diferencias las podemos observar entre las naciones (países desarrollados avanzando más rápidamente que los países en desarrollo) y en el interior de las mismas (sectores populares insertándose más lentamente que los sectores educados).
No obstante todo lo anterior, la idea general del “tsunami” era bien acogida por llevar implícito el concepto de que la educación se beneficiaría de las TIC, como ciertamente lo ha hecho con avances tales como la generación de materiales didácticos, y conceptos como los del “aula invertida” y el “aprendizaje conectivista”. Incluso, ya en el camino de los buenos deseos, se percibía a las TIC como una herramienta para la generación de más y mejor ciudadanía, producto de la facilidad que las mismas implicaban en la obtención y procesamiento de información para la toma de decisiones (ver Fig 1, del trabajo ya citado, Ordóñez 2010)).
La síntesis.- Lo cultural como problema para la transferencia de tecnologías
Sin embargo, hasta aquí no hemos considerado que aún queda por resolver el problema de las realidades culturales como cuello de botella para la difusión de las TIC en la sociedad, siendo latinoamérica un ejemplo de ello. Al no ser estas herramientas tecnológicas un producto “natural” de nuestra idiosincrasia, su dominio y utilización eficiente para un ámbito dado puede resultar difícil. Contrario a lo que se podría pensar, en la universidad, donde se forman los educadores, y dadas sus condiciones culturales especificas (ver por ejemplo los trabajos de Bourdieu (1988)) esta tarea es más compleja. Así, el dotar a los docentes de las herramientas digitales que facilitarían (vía educación) la inserción y difusión de las nuevas tecnologías en nuestra sociedad se convierte en una tarea de cierta magnitud. Tanto para los individuos, como para las propias instituciones que además de lo problemas derivados de las culturas autoritarias y mecanismos verticales de dirección, deben ahora afrontar problemas económicos y de inseguridad que multiplican el número de incidentes relacionados con sustracción de equipos, cableados y demás facilidades. Y esto deberá hacerse ahora en un contexto donde será difícil que la dirigencia política priorice estos temas al contrastarlos con las necesidades urgentes a resolver.
Es en base a estas realidades, y en este contexto, que surge originalmente en 2011 en Venezuela, el proyecto de la Fundación InterConectados, para facilitar la inserción de las “Herramientas digitales para el desarrollo” en nuestra sociedad, labor que hemos venido desarrollando desde el inicio como lo pueden atestiguar algunas de las entradas en nuestra bitácora:
(Algunas citas del pasado en la bitácora de Interconectados.org
https://bitacora.interconectados.org/un-camino-para-cambiar-nuestra-cultura-de-la-informacion/
https://bitacora.interconectados.org/%C2%BFpor-que-un-curso-para-emprendedores/
https://bitacora.interconectados.org/actividades/ )
Es en esta situación que nos preguntamos si, de continuar profundizándose la situación problemática por la que atravesamos, serán suficientes en el futuro cercano esfuerzos como el que realiza nuestra Fundación. Si no estaremos presenciando el fin acelerado de la universidad como mecanismo para acelerar la inserción de las TIC en nuestra sociedad, y con ello la posibilidad de movilizar conocimientos de una manera eficiente, tanto por la cantidad y calidad de los mismos como de los costos involucrados.
Solo esfuerzos colaborativos, en una cultura que tradicionalmente no los ha desarrollado, pueden contribuir a amortiguar los efectos de la crisis que se vive en todo el país, en particular en el sector universitario. Pero esos esfuerzos colaborativos aún deben ser concebidos, negociados y adelantados. ¿Estarán los docentes universitarios, sobre todo los directivos, en situación de iniciar este proceso?
Referencias mencionadas
Bourdieu, P. (1988). Homo academicus. Stanford University Press.
Ordóñez, L. A. (2010). Cultura participativa y conectivismo: algunos retos para la investigación latinoamericana. In Diálogos y desafíos euro-latinoamericanos: ensayos sobre cooperación derecho, educación y comunicación (pp. 286-305). Ediciones Uninorte en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4410517
zulydelfiaco
febrero 21, 2018Comparto las inquietudes esbozadas en el artículo, pero, además conviene resaltar que no es suficiente la idea de incorporar las TIC en los procesos educativos, si antes no se plantea la necesidad de generar cambios en la didáctica porque de lo contrario no se hace absolutamente nada. La incorporación de las TIC implica cambios en la dinámica escolar y ello requiere estudiar y aprehender otras formas de enseñar y aprender, para ello debe pensarse en la idea de si se trata de ¿una innovación didáctica o innovación tecnológica?
Alberto E. Castellano G.
febrero 23, 2018Totalmente de acuerdo, porque las herramientas en sí sólo son de apoyo, para facilitar procesos, vencer las barreras de espacio y tiempo, que permitan a los aprendices el avanzar a su propio ritmo, pero se deben diseñar experiencias de aprendizaje con un diseño instruccional centrado en el participante, en sus características y necesidades, con flexibilidad y enfocado en que se logren las metas facilitando aprendizajes, porque el modelo actual estático de clase magistral con «enseñadores» de oficio, donde simplemente se muestra información unilateralmente a una audiencia pasiva que repita información en un examen, incluso firmen un informe como clase vista así no hayan suficientes estudiantes, está obsoleto y no prepara para las competencias necesarias en los entornos laborales actuales, para lo cual deben ser preparados y no simplemente para obtener un título.
Gerardo Lucas
febrero 21, 2018La pirámide de Maslov es una simplificación. No se llena completamente la necesidad inferior para comenzar con la superior. La asignación de recursos es una definición política en las sociedades y los factores e intereses son múltiples cuando se refiere a los resultados de la asignación, Venezuela avanzo mucho en Educación Superior, sin embargo la educación primaria recibió proporcionalmente menos atención. Igualmente avanzo la educación y la marginalidad simultáneamente después de 1975.
InterConectados
febrero 21, 2018Muchas gracias Dr. Lucas por su comentario. Es de justicia recordar aquí que la primera persona que me hizo notar el problema de las necesidades de Venezuela en el momento presente, y que representan una escala que debe ser satisfecha en base a prioridades, fue usted.
Alberto E. Castellano G.
febrero 23, 2018Pero ¿de qué sirve hablar de los avances desde 1975? la realidad es que el modelo educativo se ha mantenido invariable, los currículos de las universidades siguen siendo los mismos, pero los cambios tecnológicos y sus efectos son innegables, tanto en lo laboral como en lo cotidiano, en 1990 nadie tenía un celular en la mano ni había internet, pocos tenían computadoras, hoy más de 25 años después los modelos educativos son los mismos mayoritariamente, pero hay computadoras, tabletas, celulares e internet, entonces ¿para cuándo se actualizan los modelos educativos? si los directivos que en su mayoría desconocen las tecnologías y su implementación pedagógica, esto luce muy difícil de lograr en un momento de reconstrucción, que deberá pasar primero, aunque se diga es simplificado, por superar la base de comida y empleo con justa remuneración, porque hoy no alcanza el dinero ni a estudiantes ni a docentes para trasladarse y asistir a clases así como para comer, y un cerebro sin alimento ni puede enseñar y menos aprender. Yo espero que las educación mediada por TIC será la alternativa para la reconstrucción de nuestro país, basándonos en los modelos participativos que formen para pensar, resolver problemas y tomar decisiones acertadas en contextos reales, trabajo realmente grande y complejo, pero entre todos con equipos transdisciplinarios trabajando en forma colaborativa será posible lograr la meta, le invito a unirse a esa iniciativa si la considera de utilidad.
Andrew Torres
febrero 22, 2018Los felicito por los objetivos que buscan complementar en la educación venezolana, ante el deterioro que estamos sufriendo en lo educativo no, me resultan invalorables sus esfuerzos visto que estoy en el curso #CAMEL1.10.1. Si ha habido descuido en la educación básica en Venezuela desde hace décadas y no se si se dio prioridad a la Superior, los resultados como sociedad si evidencian lo primero no, seguro eso ha influido en aquellos intereses en asignación de presupuestos y recursos gubernamentales a los diferentes niveles educativos por muchos años. Toca rectificar y duro. AT
Alberto E. Castellano G.
febrero 23, 2018Espero que los resultados de la experiencia del #CAMEL1 sean alentadores y animen para ser parte de esta iniciativa! Sigamos adelante.